TESTIMONIO / 19-02-2020


Testimonio /Andrés Ponce
Zenaida Chinachi

“Viví cosas que no debí haberlas vivido”

Joven de 21 años que en su corta vida de adolescente, atravesó un duro camino en el vicio de las drogas.

Mi nombre es Andrés Ponce, actualmente tengo 21 años y estoy estudiando Veterinaria. Hace unos cuatro años atrás, era un chico que vivía en fiestas, era directo con la gente, hasta muy confiado. Siempre fui rebelde desde que tengo memoria, tenía muchos trasladados de instituciones educativas por mi mal comportamiento.
En segundo de bachillerato fácilmente hice amigos, era el más joven de mi curso, solo tenía 16 años de edad y mis amigos me pasaban con cuatro, hasta con seis años. En el colegio, aprovechábamos horas libres para consumir productos como: LSD, popper, marihuana, cocaína y cualquier tipo de alcohol.
Un 13 de diciembre del 2015 por motivo de mi cumpleaños #17, con unos tres amigos fuimos a beber y a fumar algunas cosas, en el interior del auto de uno de mis amigos. Nosotros nos encontrábamos por el Instituto Cordillera, en un parque de allí.
En el transcurso de la noche, recibí una llamada de mi madre la cual me dijo: “Te amo, no quiero que hagas cosas malas, por favor vuelve a casa”.
Yo le respondí que después volvería, que estaba celebrando mi cumpleaños, daba escusas para que no siguiera molestando.
Al pasar 40 minutos, cuatro sujetos de apariencia extraña se acercaron al vehículo, sacaron sus armas, y nos apuntaron. Uno de los ladrones obligó a un amigo que manejará hasta el Sur de Quito.
En ese trayecto largo vi mi vida pasar, medite en ella y me di cuenta que todo lo que hacía estaba muy mal. Después de llegar al destino de los delincuentes, estos se fueron quitándonos todas nuestras pertenencias.  Yo realmente quería ir a mi casa, no me sentía nada bien, decidí correr a mi hogar, estaba completamente desesperado y asustado, lloraba mucho, me preguntaba si ¿en verdad me merecía lo que había pasado?, ¿era un castigo de Dios, para que yo cambiara?, solo quería regresar a mi casa. Mientras iba caminando me encontré un billete de 20$, con eso agarré un taxi e hice que me llevara a casa, llegué 3:15 de la madrugada.
En ese momento me derrumbé abracé a mi familia, pedí perdón y le rogué a mi tía que es cristiana me ayudara a cambiar, asistí a su iglesia. Actualmente he cambiado mi forma de vestir, hablar y de pensar, me siento feliz con quien soy ahora.

Frases
“Antes no era feliz, siempre dependía de las sustancias psicotrópicas para estarlo”.
“Ver que las personas que tú amas son felices porque tú has cambiado para bien, te llena de satisfacción”.

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