Uno de los dolores que guarda el corazón. Por: Josselyn Pillajo

Uno de los dolores que guarda el corazón

El sufrimiento no es solo de los padres


No todo fue alegría un 6 de diciembre de 2006, aquí el testimonio de dolor de una niña frente al fallecimiento de su hermano.


Mi nombre es Maricela Ñacato, soy hija de Cesar Pillajo y Emma Ñacato. Tengo 21 años, casi 22. Soy la última hija de seis hermanos, aunque ahora seamos solo cinco. Rubén, Jenny, Marlene, Carlos y Adriana, son mis hermanos, cada uno ya tiene una vida hecha, están casados, con hijos e incluso nietos. 
Carlos Omar Pillajo Ñacato, falleció el 6 de diciembre de 2006. Tan solo tenía 32 años cuando en una fecha donde se supone todo es baile y festejo por “Fiestas de Quito”. Una manada de asaltantes, por no decir animales, le arrebataron la vida. Dejando a dos niños, ahora jóvenes en la orfandad, mis sobrinos Kevin y Josué Pillajo. 
Recuerdo que aquel día no me despertó mi madre para ir a la escuela como siempre lo hacía, ese día en especial fue mi hermana Adriana, quien junto a mi sobrina Belén, me levantaron y lo único que Adriana me dijo fue: “al ñaño, le pasó algo”. En ese momento no se cómo describir la sensación que creció en mi pecho, pero solo con ver a mi hermana me eché a llorar en sus brazos.
Pasaron alrededor de dos o tres días en el que vi el ir y venir de un montón de personas en el velorio, que por obvias razones a mi corta edad jamás había visto. Tengo presente todavía que tanto a mis padres como a mis hermanos se les acercaban con palabras de “lamento su perdida”, “era un buen muchacho”, “se nos fue el aretito señora Emma”, pero creo que en realidad nadie podía imaginar el dolor que estábamos sintiendo, y digo sintiendo, porque a pesar de tener siete u ocho años a mí también me dolía que él ya no esté.
Me dolía que de un momento a otro alguien con quien pasaba casi todo el tiempo ya no iba a estar en la casa acompañándome, me dolía el hecho de no poder entender bien qué es lo que sucedía, me dolía el ver a mi madre hecha un mar de llanto por mi hermano y yo sin poder hacer nada. Tan solo sentía que me dolía el corazón.


FRASES
“Me dolía el ver a mi madre hecha un mar de llanto por mi hermano y yo sin poder hacer nada. Tan solo sentía que me dolía el corazón”.
"No sentí nada más, solo tenía ganas de llorar".
 





Autor: Josselyn Pillajo

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